viernes, 13 de julio de 2012

El tonel: reencendiendo la vela de un viejo santo…

A decir verdad, Pipí-Lulú no iba a El tonel (14 y 42) desde hace mucho pero mucho tiempo, desde el momento en que el sitio cruzó esa línea que lamentablemente todos terminan cruzando, aquella que demarca el preciso instante en que un sitio de comidas platense que dio la nota (en este caso exquisitas y abundantes picadas a buen precio) se laplateiza, es decir, se olvida de lo bueno que supo ser y cae en un crculo vicioso de aumento de precio, reducción de calidad e interminables colas para conseguir lugar. ¡Oh amiguetes! Si estas fronteras se cruzan en favor de la masividad no es tema de debate para un blog culinario. ¡Oh amiguetes! Si la pulsión pueblerina siempre termina ganando a los aires de gran ciudad, tampoco.
De lo que sí podemos dar fe es que: 
DONDE HUBO FUEGO, CENIZAS QUEDAN, y allí nos vimos cenando entre amigas un sábado por la noche. 
Para agendar: la cocina estaba abierta y eso que eran las 23.30hs pasadas! Y las picadas no sabemos, pero los involtinis de ricota y pollo… ¡estaban exquisitos!